Matria

Por Rubén Rüedi

∗ Villa María, Provincia de Córdoba (1958-2018) | Escritor e historiador

Cuando marzo derramaba
el trepidante jarabe de la uva
en Mendoza levitamos
bajo el sol que doraba
los pulsos del día.

La noche nos cobijó
en San Juan,
de donde voló la luna
esparciendo fósiles de luz.

Viendo llover el tiempo
en poblados calcáreos
decidimos fundar
en San Luis otro mundo.

Córdoba, las hogueras,
alboroto de proclamas,
sudores y polen.

Fuimos pastores de promesas
en los fantasmales salitrales
de Santiago del Estero.

Amasamos la greda
en Catamarca diaguita
-rústica madre alfarera-.

En Vinchina, La Rioja,
padecimos ocres lejanías
a contracieJo de las montañas.

Tucumán, el monte,
sangre derramada;
utopía, revolución y olvido.

Nuestros labios derrotados
ardieron en Salta
iniciando el fuego

Quisimos perpetuar las alas
en el friso de los cerros
de Jujuy amaneciendo

Latimos en Formosa
con su lenta agonía
de piel cobre y camalote

y en la corteza del Chaco
despojamos enigmas
en el dolor de los quebrachos.

Procreando un sueño
anduvimos
huellas de sangre
Misiones adentro.

Las fauces del amor
se abrieron en Corrientes
con el grito espectral de los esteros

y sobre un pentagrama de aguas
Entre Ríos fue el éxtasis,
tembladeral de pájaros.

Estallando en las frutillas
al corazón de Santa Fe
prolongamos el estío.

Sentimos ahogar los orígenes
desencontrados en la noche
del oscuro pulmón de Buenos Aires.

Crepuscular ausencia
la de tu cuerpo
en la desolación de La Pampa.

Cruce Rio Negro al oeste
abatido por el rojo grito
de las manzanas.

Y en las nieves de Neuquén
queme el silencio
de mis manos inertes.

El mar, en Chubut,
era un altar pagano
donde inmolé memorias
como un viejo relicario.

Santa Cruz y Ja esperanza.
Colgadas al viento
las banderas del reencuentro flameaban.

Decidido por Ja luz o los abismos
aferré los timones del alba
en la Tierra del Fuego
-donde nacen los espejos-.

Y fui a buscarte
a las últimas regiones depredadas.

Se esfumaba tu silueta maternal
en los confines de la niebla
y un soplo de estrellas
te iluminó la cara.

Abierta al parto
en las Islas Malvinas me esperabas,
brillando en el austral esplendor
de una negada luna de plata.

Ilustración: Alejandro Barbeito sobre Paysage de Albert Gleizes (1911) 

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2 Respuestas

  1. Cristina Carbone dice:

    Muy bonito !!

  2. Excelente obra y poema, felicitaciones!!

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