MARADONA

Diego, no te puedo ayudar, hoy he llorado

Por Leonardo Favio

∗ ​ Las Catitas, Mendoza (1938), Buenos Aires (2012) - Director de cine, cantautor, productor cinematográfico, guionista y actor |

Mi cotidiano insomnio se obstina en el misterio
de recordarme al otro aquel que fui.
El niño que rondó algún potrero
que, seguro, ya no besa la luna.
Aún no habías nacido y andabas en mi envidia,
como en todos los niños.
Diego, en la callada foto que conservo en mi cuarto
donde desguarnecido te apoyaste en mi pecho,
vi tu desolación de niño acorralado.
Se adivina el madero en tu mirada tierna.
Una constelación de multitudes
te ha cercado por siempre.
Ya no tendrás olvido,
ya no tendrás descanso.
Mientras haya un planeta en que respire un niño,
un niño habrá que sueñe que es Diego,
y que repite los goles imposibles
de músicas y pájaros.

Publicado en 2004

Gol de Maradona

Por Eduardo Galeano

∗ ​ Montevideo, Uruguay (1940-2015) - Escritor |

Fue en 1973. Se medían los equipos infantiles de Argentinos Juniors y River Plate, en Buenos Aires.
El número 10 de Argentinos recibió la pelota de su arquero, esquivó al delantero centro del River y emprendió la carrera. Varios jugadores le salieron al encuentro: a uno se la pasó por el jopo, a otro entre las piernas y al otro lo engañó de taquito. Después, sin detenerse, dejó paralíticos a los zagueros y al arquero tumbado en el suelo, y se metió caminando con la pelota en la valla rival. En la cancha habían quedado siete niños fritos y cuatro que no podían cerrar la boca.
Aquel equipo de chiquilines, los Cebollitas, llevaba cien partidos invicto y había llamado la atención de los periodistas. Uno de los jugadores, El Veneno, que tenía trece años, declaró:

—Nosotros jugamos por divertirnos. Nunca vamos a jugar por plata. Cuando entra la plata, todos se matan por ser estrellas, y entonces vienen la envidia y el egoísmo.

Habló abrazado al jugador más querido de todos, que también era el más alegre y el más bajito: Diego Armando Maradona, que tenía doce años y acababa de meter ese gol increíble. Maradona tenía la costumbre de sacar la lengua cuando estaba en pleno envión. Todos sus goles habían sido hechos con la lengua fuera. De noche dormía abrazado a la pelota y de día hacía prodigios con ella. Vivía en una casa pobre de un barrio pobre y quería ser técnico industrial.

Del libro El fútbol a Sol y Sombra (1995)

Hoy tu tiempo es real

Por Mario Benedetti

∗ ​ Paso de los Toros, Uruguay (1920), Montevideo, Uruguay (2009) - Escritor, poeta, dramaturgo y periodista |

Hoy tu tiempo es real
Hoy tu tiempo es real, nadie lo inventa.
Y aunque otros olviden tus festejos,
las noches sin amor quedaron lejos
y lejos el pesar que desalienta.
Tu edad de otras edades se alimenta,
no importa lo que digan los espejos,
tus ojos todavía no están viejos
y miran sin mirar más de la cuenta.
Tu esperanza ya sabe su tamaño
y es por eso que no habrá quién la destruya.
Ya no te sentirás sólo ni extraño.
Vida tuya tendrás, y muerte tuya.
Ha pasado otro año y otro año le has ganado a tus sombras
¡Aleluya!

Publicado en 2008

Maradona

Por Osvaldo Soriano

∗ ​ Mar del Plata (1943), Buenos Aires (1997) - Escritor y periodista |

Es una bendición de Dios haber visto al jugador y recibir al héroe en el cielo de los hombres. Tener a Diego Maradona con nosotros, poder verlo y gozarlo. Será, supongo, como haber estado en la primera fila escuchando a Gardel. Todo se ilumina, el mundo gira en torno al astro que pisa la pelota, la acaricia, la hace del tamaño que quiere: grande para que la vea Caniggia, chiquita para esconderla hasta que lleguen los otros. Más admirable que nunca por épico, por agigantar el fútbol entero (...)

La fuerza interior de Maradona no tiene parangón en este país. Por eso nos cuesta entenderlo. Y no hablo sólo de fútbol. Sabe que la antorcha se gana con genio pero sobre todo con esfuerzo: ahora sí, grande, tormentoso, imponente, se convierte en un ejemplo de vida: las que pasó y cómo llegó a imponerse a sí mismo, sólo él lo sabe. Y es posible que nunca pueda explicarlo. Maradona supo que algunos habían brindado por su caída y eso en lugar de matarlo lo resucitó. En tiempos de minimalismo y hombres mediocres, parece una leyenda, el personaje de un cuento de hadas, tiene el aire del tipo que cree en la gesta y el amor a una causa.

Extracto de un texto publicado el 26 de junio de 1994 en Página 12

Maradona

Por Liliana Campazzo

∗ ​ Buenos Aires (1959) - Poeta |

Yo me robaría el cajón de Maradona.
Saldría en un carro de botellero
como los que había en mi barrio cuando chica.
O mejor en el carro de Pascualito
que pasaba por el frente
de la casa de mi nona.
Me robaría al Diego
para pasearlo por todos los barrios
de pibes pobres
por todos los bordes
de los bordes.
Dejaría que lo tocaran
le tiraran flores, camisetas,
pelotas de trapo, besos.
Lo peregrinaría a Luján,
o hasta el mismo límite
en Ushuaia.
Lo pasearía con una orquesta
que tocara cumbias, tarantelas
el ji ji ji de los Redondos.
Todas sus mujeres bailarían atrás
y habría diez cuadras con sus hijos
caminando.
Dos caballos oscuros
arrastrarían ese carro.
Un recorrido eterno
dando vueltas
aviones dibujando con humo
10 en el cielo.
Vendedores de gorras
remeras
pelotas
salvarían este año de miseria
Choripanes pochoclos
tipos vendiendo pelotas con su cara
banderitas.
Me robaría el cajón
con las flores
y lo sostendría en este viaje
hasta que el sol la lluvia
la tierra el viento
lo volviera cenizas
que volaran
por todo el territorio
de la patria.

Publicado

Gol del siglo

Animé sobre “El gol del siglo”, pero contando una historia diferente. El fallecido presidente de la AFA y “peso pesado” en la FIFA le ofrece a Diego errar el mejor de la historia de los mundiales a cambio de cambiar su vida. En ese momento comienzan a aparecer imágenes polémicas de la vida del 10. El video superó las 30 mil visualizaciones en un día.

Video realizado y publicado por L0nz0 en su canal de Youtube

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