La palabra

Por Gustavo Quinteros

∗ Villa Carlos Paz, Provincia de Córdoba (1957) |

Rescato la palabra
si está ausente.
Rescato la palabra
del silencio,
la que se calla
por no ser grandilocuente.

Rescato la palabra enmudecida
callada por respeto.
Rescato la palabra dicha a tiempo
la que expresa a diario
el sufrimiento ingente.

Rescato la palabra de los niños
que dicen con sus ojos
lo que sienten.

Rescato la palabra,
la más sabia.
Aquella de los hombres viejos
que labraron por años y por años
sin que por ello se convierta añeja.

Rescato la palabra
De la madre, de la hermana, de la amiga
que cotidianamente se muestra en una marcha
pidiendo justicia por los muertos
resaltando el dolor y la esperanza.

Rescato la palabra sordomuda
que con manos y movimientos
nos enseña que el hablar coloquialmente.
Es de hecho más simple, más sencillo
de lo que el hombre universal
Imagina y piensa es un tormento.

Rescato la palabra oprimida
por una celda interna de calvario
que se desvive por estar presente
por liberarse abriéndose a la vida
y no la deja salir el inconsciente.

Rescato la palabra
porque en ella
se esconden todos los secretos,
los más dulces, anhelados y deseados
los más necios, negados y sinceros.

Rescato tres palabras esenciales
Amor-Libertad-Amistad.
En ellas resumo y concentro
la vida misma, si no es dicha a tiempo.

Redimo la palabra
Justa y pura,
la que se dice con el sentimiento
la que ayuda a un hermano
a una esposa, a un hijo, a un amigo.
La que no calla ni en tormentosos vientos.

Rescato la palabra,
tu palabra.
La que espero me digas permanente
la que acaricia mi alma y ego,
y reconozco sublime, suave, tierna
en letanía por tu acento.

La que deseo me digas diariamente
y te diga en manifiesto sentimiento
porque te amo, deseo y necesito
porque hace hablar mi corazón despierto
con iconos, con símbolos con letras.

Cualquiera sea tu forma y tu respeto
decime y te diré en las ausencias
todo el amor, que sientes y que siento.

Ilustración: Alejandro Barbeito

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1 respuesta

  1. Jorge dice:

    Es un buen espacio donde desangrar un poco y así equilibrar presiones.